Me disculparán aquellos que ya pudieran haber leído este artículo en otro lado, pero por la importancia del tema lo reproduzco aquí también en nuestras reflexiones semanales contra la opacidad.

Tengo claro, luego de mi experiencia como Comisionado de la Comisión de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Tlaxcala (CAIPTLAX), que los viajes de los funcionarios públicos generan cierta inconformidad en la gente. Aunque hay que decirlo, promovida desde el trabajo periodístico que surfea y no profundiza en el asunto.

Casi siempre se pone énfasis en el dinero público destinado a estos viajes y no tanto en los motivos de los viajes y en todo caso en preguntar si son o no necesarios para su responsabilidad o incluso qué resultados o productos retribuye tal actividad.

Es así porque muchas veces esa información no se pone a la vista de los interesados. Lo que genera la suspicacia en el imaginario social de los que se enteran de tales viajes, a través de la prensa, de que más bien parece que se va a turistear. Entonces se habla en los corrillos que se hace “turismo académico”, “turismo electoral”, “turismo legislativo”, “turismo transparente” y un ingenioso etcétera que no se puede tomar a broma.

Y siendo autocríticos puedo decir que en términos generales no anda tan perdida la gente al desconfiar. He visto en esos eventos a personas que van a todo menos a lo que se supone que tendrían que ir. Otras en el tema de la transparencia (reuniones de la COMAIP) que lamentablemente sólo van a tomarse la foto; claro ahora es para tuitearla o publicarla en Facebook. “Pal feis” se dice a la hora de posar.

No digo que no sea válido que nuestros funcionarios puedan aprovechar tales viajes y en un momento dado darse por ahí una vueltita y conocer esos lugares. Hay que atender el dicho de que “los viajes ilustran” y pues mientras más ilustrados estén nuestros funcionarios públicos creo que desempeñarían mejor su labor, o por lo menos en teoría así tendría que ser. Aunque si lo hacen al estilo de los diputados del PAN con su fiesta en Puerto Vallarta, pues considero que no será así.

El caso es que este asunto engorroso debe ser de los que se manejan con mayor opacidad en las entidades públicas. Desde las académicas hasta estrictamente las del gobierno, pasando por el poder legislativo y el judicial y los órganos autónomos, tanto en el ámbito federal como el local.

En tal sentido es que nos parece acertado se convoque al “reto” (#RetoViajesTransparentes) que el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos (@ifaimexico) ha planteado con su convocatoria para que se cree una “aplicación web para transparentar los viajes de trabajo de servidores públicos.”

De los cinco objetivos planteados en la convocatoria me quedo con el cuarto, por ser el que como sociólogo considero que tiene mayor utilidad y puede ser más explotado periodísticamente hablando. Dice que se tratará con dicha hipotética aplicación “Difundir y dar uso a la información derivada de los trabajos realizados durante los viajes de trabajo para asociar su costo a los resultados que producen a la luz de las tareas sustantivas y agenda estratégica de la institución.”

Sería una posibilidad de permitirle a la gente ejercicios de acountability o rendición cuentas, en la dimensión del answerability (respondabilidad) es decir como obligación de los funcionarios de “informar sobre sus decisiones y de justificarlas en público” (Schedler, 2008,12); y hasta en un momento dado exigir la otra dimensión, el enforcement, o sea que se sancione a quien haya “violado sus deberes públicos”.

Porque de verdad así ocurre y no se puede permitir ya. Que funcionarios de una institución pública se paseen, así literal, se paseen con recursos públicos. Insisto no se trata de coartar en un momento la libertad de tales personas de aprovechar sus viajes de trabajo para prolongarlos como de placer, pero eso tiene que estar muy claro, por ejemplo, si el evento al que asisten abarca dos días, estos tienen que justificarse plenamente con la convocatoria respectiva y por lo tanto gastos realizados fuera de dicho plazo (además del tiempo de traslado), no pueden ser pagados con dinero público.

Eso es lo que realmente molesta, que no quede claro, por ejemplo si los gastos de la fiesta panista mencionada arriba se hicieron con recursos públicos o privados.

Interesante iniciativa del IFAI en colaboración con el Instituto Mexicano para la competitividad A.C. (IMCO), así como con Codeando México y Social TIC.

Creo que es interesante el reto, por lo que hay que señalar los puntos clave del mismo, la participación es en equipos de dos hasta cinco integrantes, el proyecto se tiene que mandar a más tardar el 22 de septiembre de 2014 a las 23:59 horas y el premio es de 50 mil pesos y la implementación de la aplicación por el IFAI.

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