Ley 3 de 3

El pasado domingo se lograron las 120 mil firmas que se necesitan para presentar la iniciativa ciudadana de Ley de Responsabilidades Administrativas, también conocida como Ley 3 de3.

Importante logro toda vez que en el Senado de la República hay quienes se están apurando a dictaminar la ley para no esperar lo que los ciudadanos tenemos que decir al respecto. Aunque la iniciativa la conocen a profundidad los senadores del PRI-Partido Verde simplemente no quieren avanzar ni en una de las tres. Mucho menos en el resto de avances que contiene la propuesta ciudadana como tipificar actos de corrupción. No les conviene.

El día de hoy las organizaciones civiles involucradas presentaremos las firmas, esperando que los legisladores sepan leer, entender y atender el mandato popular: estamos hartos de tanta corrupción y queremos reglas claras y sin trampas.

Por lo pronto Sonora ha sido uno de los estados más activos a nivel nacional. Es sintomático de una sociedad agraviada de tanta corrupción. Esta ola ha servido para ejercitar un músculo que no sabíamos que teníamos, para aceitar las articulaciones de un tejido social adormilado y acercar a sectores de la sociedad civil que, aunque en la misma trinchera, pocas veces trabajamos juntos.

Enhorabuena a Vigilantes del Transporte, al Cesnav, Coparmex, Canirac, Canacintra, Canaco, Observatorio Ciudadano de Cajeme, la Unión de Usuarios de Hermosillo, Unison, a ciudadanas y ciudadanos, activistas, estudiantes, medios de comunicación, académicos y muchas otras organizaciones, empresarios e incluso funcionarios que juntaron firmas.

¿Qué sigue? pues una vigilancia obsesiva del proceso legislativo y pararnos, como sociedad, del lado correcto. ¿Quién de nuestros representantes populares sonorenses se va a parar del lado de los corruptos?

Inhabilitación

de servidores públicos

Vale la pena decir que la gobernadora Claudia Pavlovich prometió en campaña una Secretaría de la Contraloría Autónoma “para que no dependa de Palacio de Gobierno y pueda cumplir su mandato de ley”.

Esta promesa de campaña, aunque es debatible, tiene sentido. Si los encargados de combatir la corrupción y procurar el control interno y el desarrollo administrativo del Gobierno dependen de la Gobernadora no pueden cumplir cabalmente con su mandato de ley. No lo digo yo, la condicionante la colocó la misma Gobernadora en campaña y coincido plenamente con ella.

En conclusión, no podemos hablar de persecución apolítica si las instituciones se rigen por tiempos y criterios políticos. Así de simple el reto.

Hablaremos de justicia apolítica, justicia ciega a colores partidistas y tendencias ideológicas cuando los acusadores y juzgadores sean efectivamente imparciales y, por lo menos, no tengan una dependencia tan clara del poder público.

Audiencias públicas

Otra noticia, y muy relevante, es la decisión del Congreso del Estado de celebrar audiencias públicas para mejorar la iniciativa de Ley de Transparencia de Sonora. Pudieran hacerlo solos y en la opacidad, como tradicionalmente lo hacen los congresos, pero en una vocación democrática han involucrado a organizaciones de la sociedad civil, académicos y especialistas. No puedo sino reconocer un decidido ejercicio de “parlamento abierto” y eso nos coloca como el único Estado de la República que lo ha hecho. No solamente lo digo yo, sino que lo hicieron aquí en Hermosillo, las organizaciones con mayor prestigio del País.

La decisión política es clara: Tener la mejor ley de transparencia del País y, a partir de ahí, construir algo más allá de los marcos normativos, construir realidades instrumentables que tengan impacto en la vida cotidiana de las personas.

Derechos Humanos

También esta semana se presentó el informe del ombudsman Raúl Ramírez.

La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Sonora tiene retos fundamentales en este nuevo contexto nacional. Es de reconocer que el Organismo Protector de Derechos Humanos (OPDH) salió de un letargo institucional de años, pero vale la pena señalar que estamos en el momento de repensar el sistema en su conjunto.

Vale la pena, tiempo y voluntad tenemos.

Fuente: El Imparcial