Lo que perdemos
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En las últimas semanas, actores políticos de casi todo el espectro partidista han protagonizado un frenesí legislativo al presentar diversas iniciativas de reforma constitucional y proyectos de ley que podrían consolidar las piezas clave de un sistema de rendición de cuentas para México.
En el último mes, el comportamiento de diversos actores del PRI, es solo un pequeño recordatorio de lo que nos espera a la ciudadanía si este partido lograra ganar la Presidencia de la República en el 2012.
Como si fuera algo inherente al quehacer político, la cultura del secreto ha logrado cultivarse y sobrevivir a los cambios normativos, institucionales y políticos de los últimos años en varios países de América Latina.
La crítica no es novedosa: los representantes no nos representan bien (o no lo suficiente) y no rinden cuentas de sus actos a la ciudadanía.
Hace unos días, la OCDE, a través de su reporte “Panorama mundial de la educación 2011” dio a conocer que México ocupaba el tercer lugar entre los 30 países miembros con jóvenes que no estudian ni trabajan.